Al Pueblo de México:
La intervención de Ficrea ocurrió el 7 de noviembre de 2014, 23 meses después del inicio del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Esos dos años habían sido los mejores para el presidente priista, En esos meses, el gobierno condujo procesos hacia 11 reformas legales de largo alcance, las que llaman "reformas estructurales".
Para lograr esto, se aprobaron 58 modificaciones a la Constitución, 81 a leyes secundarias y se crearon tres nuevas instituciones de gobierno (Leer aquí). Todo eso, se logró al ponier de acuerdo a partidos representados en el congreso.
Las reformas trajeron descontento de ciertos grupos, y halagos y aplausos de otros; de cualquier forma, se trataba de cambios que llevaban más de 15 años en la agenda legislativa del país. Para rematar los dos años de logros, hacia inicios de septiembre de 2014, el presidente, exultante, anunciaba el proyecto que su gobierno ha descrito como, exagerando o no, la obra de infraesturtu, infrachurch, infraestrutur, infraestructura más importante de la historia de México: el aeropuerto en el Lago de Texcoco.
Así estaba Peña Nieto, disfrutando sus triunfos, cuando sus estrellas empezaron a resquebrajarse. Apenas tres semanas después de anunciar su aeropuerto, en el cenit de su gobierno, el 27 de septiembre de ese 2014, ocurrió en la ciudad de Iguala, Guerrero, una serie de hechos de violencia que causó heridos, muertos y la desaparición de 43 jóvenes estudiantes.
En los primeros meses tras la desaparición de los 43, el gobierno de Enrique Peña Nieto realizó una serie de investigaciones que apuntaban a la posible culpabilidad de autoridades estatales, municipales, y a grupos de narcotraficantes.
Todavía durante las primeras etapas de la investigación de ese crimen que estremeció a México, el gobierno federal tenía una legitimidad, cierto grado de confianza y fortaleza política de cara a la población.
No fue sino hacia enero de 2015, que el asunto de la investigación por Ayotzinapa estaba ya fuera de control. En ese entonces, los padres de familia de las víctimas rechazaron los informes realizados por el gobierno federal, a los que calificaban como farsas. A final de cuentas, el actual gobierno quedó y quedará manchado ante la opinión pública por el crimen de Ayotzinapa. Más que nada se trató de fallas en su responsabilidad política, aunque el hecho ocurrió en una localidad.
La intervención de Ficrea ocurrió el 7 de noviembre de 2014, 23 meses después del inicio del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Esos dos años habían sido los mejores para el presidente priista, En esos meses, el gobierno condujo procesos hacia 11 reformas legales de largo alcance, las que llaman "reformas estructurales".
Para lograr esto, se aprobaron 58 modificaciones a la Constitución, 81 a leyes secundarias y se crearon tres nuevas instituciones de gobierno (Leer aquí). Todo eso, se logró al ponier de acuerdo a partidos representados en el congreso.
Las reformas trajeron descontento de ciertos grupos, y halagos y aplausos de otros; de cualquier forma, se trataba de cambios que llevaban más de 15 años en la agenda legislativa del país. Para rematar los dos años de logros, hacia inicios de septiembre de 2014, el presidente, exultante, anunciaba el proyecto que su gobierno ha descrito como, exagerando o no, la obra de infraesturtu, infrachurch, infraestrutur, infraestructura más importante de la historia de México: el aeropuerto en el Lago de Texcoco.
Así estaba Peña Nieto, disfrutando sus triunfos, cuando sus estrellas empezaron a resquebrajarse. Apenas tres semanas después de anunciar su aeropuerto, en el cenit de su gobierno, el 27 de septiembre de ese 2014, ocurrió en la ciudad de Iguala, Guerrero, una serie de hechos de violencia que causó heridos, muertos y la desaparición de 43 jóvenes estudiantes.
En los primeros meses tras la desaparición de los 43, el gobierno de Enrique Peña Nieto realizó una serie de investigaciones que apuntaban a la posible culpabilidad de autoridades estatales, municipales, y a grupos de narcotraficantes.
Todavía durante las primeras etapas de la investigación de ese crimen que estremeció a México, el gobierno federal tenía una legitimidad, cierto grado de confianza y fortaleza política de cara a la población.
No fue sino hacia enero de 2015, que el asunto de la investigación por Ayotzinapa estaba ya fuera de control. En ese entonces, los padres de familia de las víctimas rechazaron los informes realizados por el gobierno federal, a los que calificaban como farsas. A final de cuentas, el actual gobierno quedó y quedará manchado ante la opinión pública por el crimen de Ayotzinapa. Más que nada se trató de fallas en su responsabilidad política, aunque el hecho ocurrió en una localidad.
En medio de esto, ocurrió el caso Ficrea.
Protesta de ahorradores defraudados por Ficrea,
a inicios de 2015, a un lado de la Bolsa de Valores,
cd. de México. Foto: Expansión
Hay ahorradores defraudados que consideran que la ocurrencia de los hechos en Ayotzinapa le robó atención al caso Ficrea, que dejó como víctimas de robo, a 6 mil mexicanos y sus familias.
Por supuesto se trata de asuntos muy diferentes, y por eso mismo, creo que no es exacto decir que el asunto Ayotzinapa opacó o borró al caso Ficrea en la atención del público. Más bien, el caso Ficrea formó parte del alud de casos de corrupción e ineptitud, que metió al gobierno en una espiral política descendente.
CASO FICREA: INICIO DEL FIN
La bajísima popularidad de este gobierno, de este presidente, es producto de una larga lista de acciones torpes, erróneas, pero sobre todo, muchas acciones francamente inmorales. Cada evento de muchos, por separado, ha contribuido a que la gran mayoría de los mexicanos, todo indica, estén dispuestos a votar para sacar del poder al grupo político que hoy lo ocupa.
El caso Ficrea comenzó --7 noviembre 2014-- en un momento en que Peña Nieto y su gobierno tenían una gran fortaleza política, en muchos aspectos. Como ya dijimos, aunque la tragedia de Ayotzinapa, había ocurrido 40 días antes, en la mente de la mayoría de los mexicanos, en ese entonces, era un hecho que competía a las autoridades locales en Iguala y en Guerrero. Fue hasta enero de 2015 que la torpeza del gobierno federal lo enfangó totalmente en los lodos de Ayotzinapa.
Por otra parte, coincidentemente, dos días después de declarada la intervención de Ficrea, es decir, el domingo 9 de noviembre de 2014, la revista Proceso, publicó un reportaje, realizado en conjunto con el equipo de la periodista Carmen Aristegui, sobre una gran residencia en las Lomas de Chapultepec, Ciudad de México, con valor de 86 millones de pesos, perteneciente a la esposa del presidente. La historia era que la casa había sido construida y vendida a través de grandes facilidades de parte de uno de los contratistas favoritos del gobierno, a favor de la familia presidencial.
Portada de la revista Proceso del 9 de noviembre de 2014.
Quizá no sea coincidencia que el caso Ficrea estalló dos días antes de la publicación del reportaje de Proceso. El gobierno federal, sabía que Proceso estaba por publicar la historia de "la casa blanca de las Lomas", ¿Adelantó el gobierno la intervención de Ficrea, que ya tenían programada, para que al inicio de aquella semana, le robara un poco de atención al periodicazo de Proceso? Pudiera ser, con este gobierno nunca se sabe.
A pesar de ser parte de un sector muy distintos a otros escándalos del actual gobierno, el caso Ficrea llamó mucho la atención en los medios nacionales, principalmente debido al alto nivel al que llegó la investigación del caso --CNBV y PGR--, por ser un asunto federal, y porque había involucradas 6 mil personas, víctimas, y 6000 millones de pesos en activos.
Después de la intervención, en noviembre, el siguiente paso fue la revocación de la licencia de Ficrea, ocurrida el 19 de diciembre de 2014, con lo cual se consumaba la muerte de la empresa, acusada de supuesto lavado de dinero. Mientras ocurría la intervención, el accionista principal, Rafael Antonio Olvera Amezcua, claramente negoció con el gobierno federal. Una vez que Olvera Amezcua estuvo seguro, con los bolsillos llenos y huido a EE.UU., el gobierno federal procedió a cerrar la empresa, sin marcha atrás. Los ahorradores tendrían que esperar por un proceso de liquidación, o concurso mercantil, de las sobras dejadas por Olvera.
Arrancando el año 2015, ante amagos de los ahorradores de organizarse, el gobierno federal, a través del SAT, lanzó actos de intimidación, en colusión con medios corporativos afines, destacadamente El Universal, contra algunos de los ahorradores que hablaban, de facto, en representación de los afectados.
Pese a ser un asunto financiero, usualmente árido para el gran público, los medios nacionales mantenían un vivo seguimiento del caso Ficrea, especialmente por el elemento de carácter penal que subsistía.
Los ahorradores defraudados por Ficrea hicieron un buen trabajo para mantener vivas, por algunos meses, las protestas sociales por su causa, pero las concentraciones fueron decayendo en número de asistentes, lo cual se debió en gran parte a que muchos de los afectados son personas de la tercera edad, a quienes se les dificulta la asistencia constante a actos públicos.
Mientras, en el terreno legal, los ahorradores en conjunto fueron un desastre; entre abogados ineptos, políticos oportunistas, asesores vivales, promesas vacías de legisladores, e ignorancia, torpeza y división por parte de los propios ahorradores, la lucha por justicia y verdad en este caso, se fue diluyendo poco a poco.
Hoy en día sólo quedan algunos esfuerzos individuales en forma de demandas por daño patrimonial que lograron ya colarse hasta un tribunal. En diciembre de 2015 arrancó formalmente el concurso mercantil (CM), y se encuentra pendiente un juicio penal en Estados Unidos interpuesto por el síndico del CM, pero cuya fecha de ejecución se difiere y difiere, al grado que su fecha tentativa no está señalada sino hasta marzo de 2019.
Con todo y los fracasos, el caso Ficrea formó parte de una tercia de escándalos que marcaron el inicio del declive político del gobierno de Enrique Peña Nieto, hasta culminar en la popularidad más baja para un presidente mexicano desde que se realizan mediciones estadísticas, y a un paso de una elección que tiene grandes probabilidades de perder.
Fueron estos tres los escándalos de corrupción e ineptitud de finales de 2014-inicios de 2015, que abrieron grietas en las estrellas de Peña Nieto:
- Caso Ayotzinapa (estallado el 27 de septiembre de 2014)
- Caso Ficrea (iniciado el 7 de noviembre de 2014)
- Escándalo de "la casa blanca de las Lomas" (detonado por periodistas el 9 de nov. de 2014)
Estos tres casos han sido representativos de la podredumbre del sistema político, en el terreno de la seguridad pública, de la corrupcion de los más altos funcionarios en lo individual, y de la corrupción que socava entero el aparato de justicia. No solo en la parte de procuración, sino en el mismo poder judicial, como se vería después en el concurso mercantil.
Es necesario señalar que en el caso Ficrea, como en muchos otros, la responsabilidad política última SÍ llega hasta el mismo presidente de la republica. Siempre que existe una labor donde se coordinan varias dependencias federales, existe una responsabilidad del jefe más alto de los diferentes mandos. Que no es otro que el presidente. En el caso Ficrea, la intervención fue una acción conjunta entre Secretaría de Hacienda (CNBV y Unidad de Inteligencia Financiera), y PGR (Seido y la unidad de inteligencia financiera de la propia procuraduría).
A pesar de todos los fracasos en la lucha por justicia y verdad en el caso Ficrea, hoy, como todos los mexicanos, estamos a un paso de ejercer el consuelo de los pueblos que viven en democracia: el sufragio libre.
USTED AMIGO AHORRADOR: ¿VOTARÍA POR SUS VERDUGOS?
Saludos a todos
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Responsable de este blog: Jorge Eduardo Jiménez
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