Saturday, January 21, 2017

Hay que bajarle 2 rayitas a la atención dedicada a Donald Trump

Por Jorge Eduardo Jiménez

La mayoría de los analistas serios han criticado el discurso inaugural de mandato de Donald Trump, de ayer 20 de enero en Washington. En México, los analistas que yo he escuchado coinciden en opinar que fue uno de los peores que se recuerden de un nuevo presidente estadounidense.

Ya en opinión de cada quien, se pueden utilizar un montón de adjetivos para calificar el discurso de poco menos de 17 minutos, el más corto de los últimos 40 años en una inauguración presidencial allá. 

Un discurso antipolítico --no le "tendió la mano" a nadie y atacó a cuanto nombró--, patriotero, megalómano y combativo. Cierto, como han comentado algunas personas en las redes sociales, un discurso como de "villano de Ciudad Gótica".

Luego del discurso inaugural de Trump,
 surgieron memes comparándolo 
con un villano de las historias de Batman.



El discurso pudo tener muchos defectos, o características, pero hay una característica que no puede ser discutida: fue muy probablemente, el discurso de un nuevo presidente de EE.UU. que fue escuchado por más personas en todo el mundo que nunca antes.

Barack Obama, el presidente saliente, es considerado un gran orador, pero ¿Cuántas personas en el mundo estuvieron pendientes de su discurso de inauguración hace ocho años? Donald Trump es un orador mediocre, pero... ¿Cuántas personas en el mundo estuvieron pendientes de su discurso ayer?

Será fácil para el lector responder de forma intuitiva pero correcta, a las preguntas del párrafo anterior.

Ahora bien, ¿Por qué Trump pronunció un discurso tan simple, en su composición como en sus conceptos, tan como de "villano de Ciudad Gótica"? Es de nuestra opinión que el anciano del pelo injertado privilegió a su audiencia lejana sobre su audiencia inmediata, es decir pensó más en USTED Y YO amigo lector de este Blog --y en la plebe gringa-- que en los políticos que estaban en primera fila en las escalinatas del Capitolio.

Así es, Trump estaba encantado de tener una audiencia global. No iba a decepcionar a sus oyentes al abundar largamente en detalles sobre la vida política estadounidense. No iba a aburrir a su público con esa manera de los políticos "tradicionales" de "tender puentes", mandar mensajes cifrados a los "múltiples sectores" de la sociedad (gringa). No, porque fue un discurso pensado para ser seguido por personas de muchos países. Y lo logró.
Nota: Aquí una transcripción del discurso, con comentarios seleccionados, a cargo de The New York Times (en inglés) 

Como hemos sostenido en este Blog, todo esto cae dentro de lo previsible de Donald Trump. Este señor de 70 años de edad se ha dedicado a las ventas, a la publicidad y a promocionar su nombre --su marca-- durante décadas. Y eso es lo que hace muy bien.

No hay mucho más qué decir por ahora sobre el personaje pintoresco. Sin embargo, los medios corporativos de México y del mundo parece que tienen la intención de seguir poniendo toda su atención en el personaje, atacándolo y criticándolo, a él solo, como si eso fuera lo más importante, y evadir así que la población nos concentremos en cosas que realmente importan.

El nuevo presidente de EE.UU. ha mencionado a México en sus comunicaciones previas a su toma de posesión, y ciertamente  aludió a nuestro país en su discurso inaugural. Los temas que este personaje está planteando para México son temas que tarde o temprano los políticos estadounidenses se iban a encargar de tocar. Y parece que ha llegado el momento. 

Dichos temas, como se sabe, son el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica --y la integración o no, de ésta--, la migración --tema que en realidad es parte de la discusión sobre el TLC--, y la seguridad en la frontera. 

Creo que es tiempo de ir quitando la atención --bajarle ya dos rayitas-- hacia el personaje que hoy es presidente, para centrarnos en los temas que de verdad importan.

El nuevo gobierno en Washington ha dicho que viene dispuesto a tratar con México,en serio estos temas. En nuestra opinión, esto puede no ser tan malo como nos lo han pintado los medios corporativos. Argumentaré en favor de esto, en los siguientes postes de este Blog.

FIN

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