Al presidente de la República, Enrique Peña Niego:
A los legisladores de la República:
Hoy día cívico de asueto, en honor a Benito Juárez (1806-1872), prócer de la Patria, abogado, presidente de México, reformador social y político, dedicado a la defensa de la soberanía nacional, a la democracia, a los derechos de igualdad por los pueblos indígenas de la nación, y la defensa de los derechos del pueblo de México todo, un ciudadano mexicano hace un llamado a sus conciudadanos a involucrarse en el cambio social y político que necesita nuestra nación.
Llegada de la primavera, símbolo en el calendario solar de término e inicio de un nuevo ciclo vital, tiempo propicio para reflexionar sobre el cambio que ciudadanos libres estamos en condiciones de operar en nuestras comunidades, desde la localidad, y el municipio hasta la nación entera.
Es necesario que los ciudadanos mexicanos realicemos una revolución pacífica en las conciencias, en el sentido de nuestra ciudadanía, en cambiar radicalmente --de raíz-- las causas que frenan la expresión creativa libre de los mexicanos hacia la generación de riqueza, y hacia la construcción del tipo de comunidades que queremos.
A los mexicanos como pueblo no nos está quedando de otra sino desmantelar con inteligencia y acciones decididas la estructura política que permite que ciertos ciudadanos enquistados en jerarquías partidistas, facciosas, detenten el control del dinero de las haciendas públicas en todo el país, que es propiedad de todos los ciudadanos en conjunto.
No se trata de invocar luchas no pacíficas para derrocar gobernantes, puesto que eso colocaría a mexicanos en lucha contra otros mexicanos. No, este cambio debe ser pacífico y debe comenzar a nivel de comunidades y municipios, a la vez que debe continuarse la educación de incluso los más altos funcionarios federales, en el servicio del pueblo, antes de que se sirvan a sí mismos y a sus intereses de facción, como hoy frecuentemente lo hacen.
Por medio de este escrito, se exhorta a todos los ciudadanos mexicanos a rechazar el autoritarismo que se recrudece desde las altas esferas del actual poder federal, y que emana desde ahí, como ejemplo y hasta como teoría filosófica del ser mexicano --errónea: "la corrupción es cultural"-- hacia los más pequeños comités partidistas de diversas denominaciones que detentan el poder en pequeños comunidades, municipios y los estados.
No ayuda en este cambio deseado, la creación de otros nuevos membretes partidistas, que aspiran a crear más estructuras de facción que administren para sus afiliados una tajada del poder público, idealmente para ellos, desde las esfera de la República federal hasta los ámbitos municipales.
La respuesta debe provenir de la toma de conciencia de los ciudadanos de exigir a los funcionarios municipales la rendición de cuentas de cada peso, de cada gasto respaldado por cheques y facturas, y de ahí seguir haciéndolo hacia los gobiernos estatales y desde luego al poder federal. En todos estos ámbito, los ciudadanos debemos continuar ejerciendo implacablemente nuestra libertad de expresión en la esfera pública.
No olvidar tampoco que estos cambios deben ejercerse no sólo en los poderes ejecutivos, sino legislativos, judiciales, en las burocracias de partido y en los sindicatos de organismos públicos.
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Responsable de este blog: Jorge Eduardo Jiménez
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