Sunday, February 08, 2015

Reflexión en el Día del Señor

Al pueblo de México:
Al presidente de la República, Enrique Peña Nieto:

DIARIO DE UN AHORRADOR DEFRAUDADO: Reflexión de domingo:

Hoy en el Día del Señor, día de descanso y de reflexión, el equivalente al Sabbath de los judíos, que nosotros los cristianos celebramos hoy, a nuestro estilo y forma.

Por cierto saludos a compañeros ahorradores que pertenecen a muchos denominaciones religiosas. Sé que habemos por supuesto cristianos de muchas denominaciones, judíos claro, y minoritariamente, musulmanes, hinduístas, budistas, y personas que no se adscriben a alguna religión en particular. Todos nosotros fuimos afectados por un defraudador, y sus cómplices. Por cierto, el primero, sólo para el archivo, practica el rito católico romano, igual que muchos de nosotros.

Me atrevo a colocar aquí una reflexión que va en el sentido de que todos los seres humanos, habitantes de este planeta sin excepción estamos regidos por leyes, leyes humanas que muchos sabemos, tienen su raíz y principio en leyes divinas. Aún la peor ley humana, la peor ley hecha en el país más corrupto de la Tierra --hablo de un país hipotético-- tiene en sí la semilla del espíritu de la ley divina. No importa cómo llamemos a ese principio, Dios, el Sí Mismo, la Razón, el Karma, la Física Cuántica....

Al tratar con otros ahorradores en desgracia, he percibido que muchos carecemos de una fe completa en las leyes de México, ya no se diga en las personas que las aplican. Hay incluso quienes tienen una convicción interna en que los culpables de este fraude, y sus cómplices y corresponsales, van a escapar a la justicia a través de la ley. ¿Pero es eso posible? ¿Es posible escapar a la ley? ¿Es posible usar las leyes para cometer ilícitos sin que impere la justicia?

Muchos aquí estarán de acuerdo conmigo: Es imposible escapar a la Ley.

En lo siguiente hablo por mí: Yo, ciudadano de la República, tengo derechos y obligaciones. Mis derechos, hablemos con total sinceridad, no están garantizados si yo no cumplo con ciertas obligaciones.

No sólo como ciudadano, sino como hombre, tengo la obligación de ir por los culpables de un delito que sé que fue cometido. No voy a ir físicamente a buscar, matar y/o destruir a quien cometió una injusticia conmigo, sino que voy a usar la ley, no porque yo sea vengativo, no porque guarde un especial resentimiento contra esos seres humanos, sino porque es mi obligación.

Hasta aquí estoy seguro que todos estamos de acuerdo, pero entonces viene una pregunta importante ¿Qué leyes debo usar? ¿Qué acciones legales debo emprender?

Es mi convicción que por obvio sentido común --hablo por mí-- tengo que usar las leyes penales, puesto que el gobierno en primer lugar está señalando la comisión de un delito penal --esto sin detrimento, pienso yo, de que pueda usar otras vías: civil, administrativa, mercantil--. Es mi convicción que cualquier persona --abogado, asesor, supervisor, regulador, legislador, político, autoridad, predicador-- que intente disuadirme de emprender una denuncia penal, no está viendo por mis intereses.

Una denuncia penal es el primer paso para hacerme presente en el circuito legal en relación a un crimen cometido en mi contra. De otra forma, ese crimen, tal cual fue cometido, no existe para el Estado, para el resto de los ciudadanos de la República. No importa cuanto marche en las calles, cuanto vocifere en los medios, cuantas maldiciones lance en mi blog, en Facebook, cuanto me esfuerce por conturrear mi desgracia en Twitter, mientras no haya una denuncia penal a mi nombre en el circuito legal de esta mi República, no existo como víctima. Y al contrario, me expongo a ser víctima de múltiples atropellos más, me expongo a que mi causa sea tomada por asesores, abogados, políticos, legisladores, reguladores, supervisores, autoridades o predicadores, que pueden tener, legítimamente, intereses que no coinciden exactamente con los míos. Para que todas esas personas me ayuden, primero debo tener yo claro de qué se trata este problema y el problema es un caso penal. No lo digo yo, lo dice el gobierno de la República en el comunicado 094/2014, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público del 19 de diciembre pasado (Ver aquí) (Ver aquí oficio para liquidación de Ficrea del 23 de diciembre en el Diario Oficial de la Federación)

Feliz Día del Señor.

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Responsable de este blog: Jorge Eduardo Jiménez
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